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LA DESOCUPACIÓN TECNOLÓGICA Y LA ECONOMIA COLABORATIVA

La revolución industrial de fines del siglo XVIII  llevó a la aniquilación de muchas industrias, a la desaparición de empleos y a la creación de un nuevo orden mundial.  Pero hoy en día, lejos de aquellos sucesos,  asistimos  en el mundo entero a una nueva revolución conocida como “tecnológica o informática” que avanza  a pasos  acelerados y viene cambiando estilos de vida, destruyendo empleos y provocando desocupación. ¿Cómo hacer frente a  los avances de la inteligencia artificial, a la automatización de los empleos, a la aceleración de la tecnología y de la informática?
La historia está plagada de ejemplos de industrias que se vieron aniquiladas por la tecnología. Basta con recordar cuando en cada acontecimiento sacábamos fotos y luego las llevábamos a revelar y, dependiendo de la suerte económica de cada familia, podíamos tener uno o varios albunes de gratos recuerdos estampados en fotografías, ¿Dónde encontrar  hoy una de esas casas  de revelado, Kodak o Fuji Film?
O cuando los fines de semana nos preparábamos para ver varias películas e íbamos al  videoclub para alquilarlas y era un desafío encontrar aquella que nos habían recomendado, o disfrutar de un fin de semana lluvioso  para volver a ver aquella que nos había sacado tantos suspiros. Hoy los videoclub fueron remplazados por Netflix, una pequeña empresa que comenzó enviando películas a domicilio y ya es una aplicación informática conocida mundialmente  que desplazó a miles de empleados de muchos videos club que se vieron forzados a cerrar. Pero confieso que si bien soy inmigrante digital (no nací con la tecnología en mi hogar), hemos evolucionado y que la realidad de hoy es mejor para todos. Las fotos podemos sacarlas sin límites de las 24 o 36 que nos permitía un rollo y no tenemos necesidad de revelado, basta con pasarlas a un archivo o subirlas a la nube. Las podemos mandar por correo, o por las aplicaciones que más nos gusten, editarlas, modificarlas, sacarnos años, etc. Y las películas las tenemos con solo utilizar nuestros celulares, una computadora o la televisión y podemos escoger la que queremos ver o seguir una serie en el momento y en el lugar que elijamos para hacerlo.
Pero así como avanza la capacidad de las computadoras y se acelera la tecnología,  hay muchos trabajos que se pierden o que corren el riesgo de ser remplazados a corto plazo.  También es cierto que se han creado muchos empleos a partir de internet y la tecnología y que quizás años atrás eran impensables, muchos de los cuales surgidos a partir de la economía colaborativa.
¿Qué es la economía colaborativa? En términos corrientes es algo así como un intercambio cooperativo donde la propiedad y el derecho de uso son sinónimos, motivo que lleva a reducir costos y lograr prestaciones más económicas entre los usuarios. Este sistema que podría considerarse como un nuevo modelo económico surge a partir de  internet  y del uso de aplicaciones tecnológicas realizadas para lograr la conexión entre los usuarios. Un nuevo concepto de intercambio cooperativo se genera adicionando a las industrias tradicionales las nuevas tecnologías y con aplicaciones destinadas a cada caso, lo que nos permite compartir información, energía, objetos, muebles, inmuebles, automóviles, etc.
El ejemplo más ilustrativo puede ser UBER. Hace un tiempo a los propietarios de automóviles no se les hubiera ocurrido pensar en compartir su vehículo. Hoy muchos propietarios lo hacen y lo usan durante tiempo ocioso para crear un medio de vida o una ayuda a sus ingresos.  Entonces, por conveniencia económica, un coche que era utilizado por una familia para sus traslados, ahora también es compartido por otros usuarios en su mayoría desconocidos, que utilizando una aplicación informática, pagan un servicio de traslado sin tenerse que preocupar de conducir, estacionar,  tener efectivo para cargar combustible o pagar estacionamiento. Esto es economía colaborativa.
Antiguamente compartíamos de otra manera y sólo entre allegados, principalmente cuando faltaban los recursos materiales, utilizábamos una misma cosa entre conocidos.   Hoy, gracias a internet, esta acción de compartir aplicada a desconocidos se ha convertido en una nueva forma de economía y éste modelo de consumo cooperativo brinda una situación beneficiosa para los compradores y los vendedores. La economía colaborativa se enfoca en el interés público pero, a partir de la misma y a medida que se perfeccionan las plataformas y las aplicaciones,  mejora la eficiencia. 
Pero esta nueva realidad de mercado nos crea nuevos desafíos como la expansión de recursos, aumento de la productividad, desarrollo de una nueva economía. Así con la expansión de la información y basados en el principio de compartir, las personas empiezan a darse cuenta que no hay necesidad de tener la propiedad material de algo y que basta con tener el derecho de uso para cuando lo quiera tener o lo necesite. Ya no compramos el CD de ese grupo que tanto nos gusta o el artista preferido,  nos alcanza con tener el derecho a escuchar esa canción por cinco minutos y para eso basta con usar una aplicación que me permita hacerlo.
Pero la idea de compartir también se ha extendido a otros recursos y hoy también compartimos espacios interactivos. Por ejemplo cuando necesitamos una información visitamos Wikipedia, Ted, o Zhihu.com, a la hora de programar un viaje buscamos un lugar para alquilar a través de Airbnb, si buscamos un lugar físico para atender a nuestros clientes o hacer Coworking visitamos ftonw.com y si estamos buscando un sitio para hacer una conferencia vamos a hotelgg.com, entre otras páginas.
Con estos ejemplos podemos ver como la economía colaborativa abre un gran mercado que busca satisfacer las necesidades y experiencias de los usuarios y logra una oferta y una demanda diversificada que cambia la estructura de los costos de suministro, crea nuevas actividades y beneficia, en principio, a gran parte de las personas.
Pero el nacimiento de las nuevas tecnologías necesariamente destruye antiguas costumbres y produce cambios disruptivos y un futuro desconocido.
¿Estamos preparados como sociedad para hacer frente a la desocupación tecnológica?

Miriam Mora
CI: 2.577311-1

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