El
30 de junio el voto ciudadano determinó quienes serán los
candidatos de los diferentes partidos políticos que competirán por
la presidencia de la república. Si consideramos los cuatro partidos
más votados quedan en esta contienda Luis Lacalle Pou, Ernesto
Talvi, Daniel Martínez y Guido Manini (ordenados por votos).
Superada la instancia electoral de las internas, viene la hora de
determinar candidatos/tas a la vicepresidencia para conformar la
fórmula que deberá ser refrendada por la convención nacional de
cada partido. No existe ninguna disposición o norma que marque cómo
se elige al vicepresidente. Cada partido tomará el camino que desee
partiendo de una premisa tácita: el ganador de las internas tiene la
palabra. Veamos cómo recorrieron ese camino y su final.
Partido
Nacional. Quien
aparentaba tener más inconvenientes en su interna fue el primero en
resolver el tema. Para sorpresa de propios y ajenos el mismo domingo
en la noche proclamó su formula conformada por Luis Lacalle
Pou-Beatriz Argimon. La sorpresa pasa más que nada por la prontitud
y no tanto por la persona elegida. Durante su campaña Lacalle Pou
hizo referencia en varias oportunidades a las cualidades que debería
tener la persona que lo acompañara en el caso de ser elegido como
candidato único de su partido. Pensando en un gobierno de coalición
necesitaba alguien articulador, de buena llegada y diálogo, con
experiencia parlamentaria, aprobación de la gente y mujer. La
presidenta del directorio no tuvo oposición en los demás pre
candidatos pese a que se sabía que ella apoyaba en la interna al
sector Todos. Además la apreciable diferencia de votos también era
un factor determinante a favor de Lacalle Pou, sumado a que tanto
Larrañaga como el grupo de los intendentes no querían en la fórmula
a nadie del sector de Sartori. Este último debió claudicar en sus
intenciones, si las tenía, y conformarse con un lugar alejado en el
estrado desde donde Luis Lacalle Pou anunció quien lo acompañaría
en busca de la presidencia. Pasado el primer efecto de éste golpe
político, inmediatamente se anunció la conformación de un grupo de
trabajo, dirigido por Pablo da Silveira, con todos los sectores a los
efectos de articular el programa único que se ofrecerá a la
ciudadanía. Ya hubo algún adelanto, no se incluirá ninguna medida
que no se pueda cumplir y esto debe leerse como dejar de lado ideas
del sartorismo. Las asperezas surgidas durante la campaña, noticias
falsas y demás quedaron fuera del orden del día y el partido
nacional se muestra fortalecido para comparecer en octubre. Veremos.
Partido
Colorado. Esta
era la interna
más pareja y
difícil de pronosticar. Si bien Sanguinetti despertó al partido en
febrero y Talvi arremetió al final no se presagiaba una diferencia
tan amplia entre los dos. Casi 40.000 votos más envalentonaron al
economista y cuando se esperaba que en su discurso triunfal anunciara
al ex presidente como compañero de fórmula, arrió las velas y
pidió tiempo. Comenzaron los desacuerdos, ambos candidatos habían
manifestado su beneplácito con acompañar al otro en caso de perder.
Parece que Talvi, iluminado por algún gurú el sábado previo a la
elección, le dijo a Sanguinetti que se iba a tomar un tiempo. Es
cierto que no se barajaron nombres, no querían cometer el mismo
error de Bordaberry en 2014 al elegir un vice de su sector y
finalmente Talvi anunció a Robert Silva como su acompañante con la
supuesta aprobación de Sanguinetti y Amorin. Una vez consumado el
hecho de no cumplir con el compromiso tácito de la fórmula
Talvi-Sanguineti o Sanguinetti-Talvi todos buscaban alguien de
consenso. Uno de los pilares de la campaña de Talvi fue el tema
educación y sus 135 liceos modelos y es bien cierto que a Robert
Silva le sobran pergaminos para éste tema. Ha trabajado mucho en el
rubro y justamente en la actualidad era consejero del Codicen electo
por los profesores, sus colegas. Nada ha sido sencillo para Talvi y
ahora surge un problema constitucional. Para candidatearse a
legislador debería Silva haber renunciado un año antes y recién lo
hizo la semana pasada. El tema es si el vicepresidente es un
legislador. Sabemos que preside la Asamblea General, el Senado y
también puede actuar como legislador pero no llega al cargo como
senador sino como vicepresidente. Unos dicen que puede, otros que no,
a ambos argumentos les puede caber razón y en definitiva todo quedó
en manos de la Corte Electoral. El partido colorado presentó la
consulta y ahora deberá esperar el fallo que será inapelable.
Frente
Amplio. Casi
nadie dudaba del triunfo de Daniel Martinez pero los resultados
sorprendieron y las alarmas se encendieron. Casi 45.000 votos menos
que en las elecciones pasadas, una diferencia relativamente amplia de
Martinez a su favor, Cosse que esperaba estar más cerca del primero
y más lejos de Andrade, dejaron para la noche del domingo la última
aparición de los cuatro candidatos más Miranda anunciando una
unidad que no existe. Comenzaron la ronda de conversaciones entre
Martínez, los tres restantes candidatos, los tres referentes
Vázquez, Mujica y Astori y no salía nada, fueron reuniones de
cortesía pues el presidenciable no atendió ninguna sugerencia.
Todos le pedían por Carolina Cosse avalada por sus votos pero la
relación entre ambos se sabe no es buena. Hubo danza de nombres que
incluyeron artistas, políticos, periodistas y más manoseos hasta
que apareció Graciela Villar, ex edila y que en la interna apoyó a
Bergara. Martínez se fue de viaje y detrás suyo quedaron el reguero
de declaraciones en contra de su decisión. Astori y su grupo en
desacuerdo con el manejo, Castillo y la 1001 reclamando por Cosse,
pocos a favor y más problemas para el frente amplio. Resulta que
Villar figuró hasta hace poco como psicóloga y no lo es, hubo que
salir a modificar páginas de internet, twiter, aclarar que tiene
formación en “sicoanálisis “y no estudios universitarios. Ahora
volvió Martínez como si no hubiera pasado nada y su clásico “vamo
arriba”. Mientras tanto Carolina Cosse se quedó sin la vice pero
no renunció a su fastidio y se enroló en las filas de la 1001 con
el segundo puesto detrás de Andrade.
Estos
son algunos de los bemoles en la historia de los candidatos a la
vicepresidencia. Los que parecían con más problemas resolvieron
primero y los que dicen estar muy unidos deberán cambiar mucho si
quieren que la gente confíe en que esa unión es real. Los colorados
buscan nombres por si la corte le saca tarjeta roja a Robert Silva.
Mieres con Botero esperan propuestas, siguen buscando vice Cabildo
Abierto, Partido de la Gente etc etc.
En
pocos días la mesa quedará servida, las convenciones proclamarán
oficialmente a los candidatos y comenzaremos una larga campaña hacia
el 27 de octubre. Con seguridad debemos incluir también a noviembre
para terminar en el ballotage. Mientras tanto la vida pasa, los
presos se escapan y el ministro sigue atornillado, la economía
estancada y Astori nos da aliento, nos venden un tratado con Europa
para dentro de 10 años, las empresas cierran, los precios suben, la
plata no alcanza, UPM bien gracias y Vázquez, que habla poquito, nos
dice que la candidata “es portadora de la fibra frenteamplista”.
Estamos
todos jugados a ponernos las pilas que el gobierno no tiene, tan
jugados que nos conformamos con no empeorar, muy jugados pero aún
sumisos a todo lo que pasa.
Sergio
Barrenechea Grimaldi
CI:
1.978.723-5
099-610060
Egresado
de la Escuela de Periodismo de Búsqueda
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